Antes
de comenzar a hablar de este trabajo quisiera imaginar la manera en la cual me
expresaría de él en diferentes situaciones. Por ejemplo, si tuviera que
recomendarlo cuando ni siquiera lo he escuchado probablemente empezaría por
enlistar un montón de datos innecesarios, insípidos y que dejaran notar mi
conocimiento superficial del tema, por ejemplo hablaría de que el autor viene
de Naucalpan sin dejar de mencionar el Estado de México, diría que es parte de
cierto grupo llamado Hoop p, me aventuraría a decir que es un fuerte referente
del rap o cosas por el estilo.
Si
quisiera escribir algo por el hecho de escribir solamente y no perderme la
oportunidad de formar parte del frenesí de propaganda que se suscita en las
redes pues probablemente usaría palabras ridículas como “rap mexa”, “rap de
calle”, “barras sucias” o “rompe cuellos”, sin mencionar que no perdería la oportunidad
de usar el clásico “cuenta con colaboraciones de”, y quizá solo para darle el toque
final de estilo terminaría con una analogía como “Esta mierda fluye como tocino
arriba de mantequilla” (jajajaja, lo peor es que esto último en verdad pasó).
Afortunadamente
no hablo de algo que no haya escuchado con detenimiento y gusto (que es lo
principal) ni tampoco pretendo atraer un público más amplio o ser partícipe de la
lluvia de opiniones de los múltiples “medios especializados”. Escribo con el
único fin de entablar una conversación de rap con personas que disfruten de este
y lo comprendan como algo más trascendente que solamente escuchar música.
Lo
que puedo resaltar de “El testamento” es en sí lo que representa dentro de una
masa de escuchas indistinguiblemente variada.
Es
una idea generalizada que escuchamos música porque nos sentimos identificados
con las letras o porque describe parte de nosotros, por lo menos en México y
dentro del rap específicamente pareciera ser general, pero contrario a eso debo
decir que la música tiene la capacidad de adaptarse y transportar ideas entre
personas, no necesariamente debe tener una relación directa con quien la
escucha. El trabajo que Double Dee acaba de publicar cumple precisamente esa
función; es capaz de llevar vivencias y un conglomerado de ideas a toda persona
que tenga los oídos dispuestos a dejarse llevar por algo ajeno a ella. Logra
crear una atmosfera en la cual se hace tangible el mundo encerrado en las
palabras de cada tema y que se muestra a nosotros, logra inmiscuir a quien lo
escucha en un estado tenue y elegantemente obscuro.
No
comparto la opinión de que este trabajo es solamente otro “rap de calle”, no me
parece siquiera que deba describirse usando términos tan comunes del lenguaje.
El disco es sutil en cuanto a los ritmos, hace pequeños guiños a tracks de soul
y jazz mientras introduce beats más experimentales y los ensambla
perfectamente. Definitivamente “El testamento” no es para todos, pero tiene esa
trascendencia para quien se preste a escucharlo a oídos abiertos.
1. Barras y Cortes
2. El Lingo
3. Strugglin'
4. Humo
5. Feria, Varo , Pe$o
6. Sueños
7. Chill
8. R. R. R.
9. Rap Fitness
10. Noche
11. Tragos
12. underated
*Los archivos estan en MPEG-4 a 259 kbps para disfrutarlos con un audio de calidad.