miércoles, 19 de agosto de 2015

Mustafa Yoda - Cuentos de Chicos Para Grandes

Tiempo presente; nuestra generación ha visto el transgredir de una cultura en los oídos y el vivir diario a lo largo y ancho de continentes, sin respetar fronteras, sin solicitar razón al idioma ni pedir más instrumentos que la dedicación.

Es evidente la profundidad con la que el hip hop ha penetrado en nuestras vidas, ha adoptado paulatinamente elementos de los distintos lugares en los que fluye, cual rio caudaloso.

A pesar de ese crecimiento y desarrollo, también ha perdido un poco de su esencia, ha comenzado a estandarizarse en cierta medida; a dejar de ser ese ritmo que ruge sin compás acompañado crudamente con baterías duras que salen de bocinas que retumban al momento.

Cierta parte de esta decadencia (que no hablo de la escena en general, sino de ciertos segmentos) es representada por ritmos mediocres y aburridos, beats 4x4 donde la batería es un “kick – hat – snare” repetitivo con un sample ligero que da atmósfera y que a veces es acompañada por un sintetizador. ¿De verdad eso es el rap? ¿Esa es la “evolución” que ha estado gestando nuestra cultura? ¿Qué pasa con esas baterías tomadas de discos viejos, donde sonaban descontroladamente platillos,  toms, bombos, cajas y contratiempos sin respeto por los compases? ¿Qué pasa con los sonidos rasposos de música tan vieja que estaba casi borrándose por los estragos del tiempo? ¿Qué pasa con los ritmos que buscaban ser únicos, irrepetibles y ofensivos?

Tristemente muchos podrán decir que esto ya se perdió y que ahora la música se crea de otra manera, que los estándares son actuales y que el sonido “experimental” es lo que está generando el avance de nuestra amada música. Por fortuna para los escuchas de rap, los seguidores del hip hop, los amantes de esta cultura que dan todo por ella, eso importa muy poco.

En Latinoamérica seguimos teniendo músicos/poetas/danzantes/artistas a los cuales les importan muy poco los estándares, que continúan haciendo música con los órganos internos sin recurrir a su sentido de la cordura o encasillarse en un molde de lo que “está bien hecho”.

Una muestra clara de ello nos la da Mustafá Yoda. “Cuentos de chicos para grandes” es un exquisito disco donde las baterías no suenan una igual a la otra , donde los drums no siempre tienen que encajar en los compases, donde la letras son irreverentes y hablan desde el punto de vista de quien las canta: un habitante del extremos sur del continente americano, un sobreviviente de las contradicciones de la organización republicana de su país y de las opiniones de los sectores que no están arriba en un lugar que supuestamente tiene uno de los índices más altos de desarrollo humano, renta per cápita y calidad de vida según el banco mundial.

Esto representa “Cuentos de chicos para grandes”, un disco excéntrico y sin preocupaciones, al final llena un espacio definido para músicos como Dj Manuvers y Mustafá Yoda.

Sudamétrica rap de otra galaxia!

1. Intro
2. Mi vida MC
3. Murcielago
4. Dicen
5. Diganme
6. Disparates
7. Babylon
8. Hip hop en shock
9. Mafia under
10. Nada
11. Sincero contu cenicero
12. JP 1 en vextaticano
13. Trabo cerebros
14. Envidia es amor


No hay comentarios:

Publicar un comentario